martes, 24 de mayo de 2011

Ya viene el Circo

Todo puede suceder cuando se eleva el telón del Radio City Music Hall

Nada más emocionante que la llegada del circo. Es un acontecimiento que detiene en el paso del tiempo en la realidad y transporta a la fantasía, sin importar de qué tamaño sea el pueblo. Este es uno grande, inmenso, y aquí ya se anuncia el paro oficial del reloj del presente para festejar la llegada de Zarkana.

La premier del nuevo espectáculo del Circo del Sol no podría tener lugar en un sitio más mágico que el Radio City Music Hall. Zarkana es la historia de un mago y fue también un mago, John D. Rockefeller junior, quién en plena depresión económica de 1929 invirtió 91 millones de dólares en el alquiler por 24 años de un área en el Midtown de Manhattan para construir un complejo arquitectónico que devolviera la confianza a los comerciantes e inversionistas en tan oscuro momento.

Dentro del inmenso proyecto el primer edificio terminado fue el Palacio para la Gente. Así se referían Rockefeller y su equipo al Radio City Music Hall, un teatro pensado para inspirar y elevar el espíritu.
Lo lograron. Entonces y hoy, el Radio City Musical Hall es un lugar que roba la respiración, tanto que un crítico se atrevió a afirmar que este es un teatro que no necesita artistas.

Más de 300 millones de personas han llenado la sala inmensa cuya característica más asombrosa es que no tiene columnas que impidan la vista del escenario que en principio fue un cine y luego un lugar para conciertos y espectáculos, como el de Navidad, protagonizado por las bailarinas Rockettes, y este, el tan esperado Zarkana, que estrena el 9 de junio de 2011.

Con o sin espectáculo, con o sin Rockettes, en verano, primavera, otoño o invierno, el Radio City Music Hall es un lugar que hay que incluir en una visita a Nueva York. Esto en caso de que uno sea un ciudadano cualquiera con la ilusión viva de decir… Wow!
Zarkana

viernes, 4 de marzo de 2011

SHOWS / La lotería de Broadway

Wicked se presenta en la calle 50 con Broadway, en el Teatro Gershwin. Si eres wickedly lucky puedes ganarte una boleta de casi 300 dólares por sólo 26.
Se llama John, es fanático de Broadway y se sabe de memoria las canciones de El Fantasma de la Opera, Chicago y Wicked, obra en la que por cosas inexplicables del destino compartimos la fila para la Lotería y nos hicimos grandes amigos. John tiene 70 años, es jubilado y este año celebrará su aniversario 43 de matrimonio con Frances, su esposa, a la que llama Mi Frannie. Viven en New Jersey, pero casi toda la vida estuvieron en Manhattan, por lo que John dice que extraña el ruido de las sirenas y el bullicio de las calles. Cuenta que en la urbanización en la que vive todo es tranquilo… demasiado tranquilo! Y que por eso le encanta venir a la ciudad los domingos.

Entonces hicimos equipo y apostamos para ganarnos la lotería de Wicked, que es una rifa que el teatro hace dos horas y media antes de cada función. Sólo se necesita presentarse a la puerta del teatro, hacer la fila, anotar el nombre y media hora después un representante del teatro juega las tarjetas con los nombres en una tómbola de lotería. Puedes ganarte dos boletas en primera fila que cuestan hasta 300 dólares, por sólo 26.

No ganamos al primer intento. Durante 3 domingos nos encontramos a las 12 y media para hacer la fila para la función de las 3 y como perdíamos, almorzábamos en algún lado y luego él tomaba su bus a New Jersey. Conversamos mucho sobre las obras de Broadway, sobre el Manhattan de los sesenta, los setenta, los ochenta, los noventa y los cien. Hablamos de economía, de política y de historia. Hablamos de La Ciudad y de lo que La Ciudad genera en todos quienes tienen el privilegio de vivirla, sin importar en qué tiempo.

El cuarto domingo John y yo ganamos. Salió mi nombre. El hombre de las boletas, quien es todo un personaje, ya lo verán, dijo con acento americano: "Elisa Restrepo", y saltamos de la felicidad.

La obra… sin palabras, hay que vivirla. Y vivirla por 26 dólares en primera fila sí que es un privilegio. Sobre todo si uno puede lucir el botón verde que le regalan que dice I won the Wicked lottery. Las canciones, los actores, el vestuario… el vestuario! Los zapatos, los vestidos, los sombreros.

Wicked es la historia del pueblo de Oz antes y durante la visita de Dorothy. Es una creación impresionante, un despliegue de arte en vida como sólo Broadway sabe hacer. Al estar en la primera fila se puede ver la orquesta, que está un nivel más abajo, y saludar a los músicos.

Es probable ganar la primera vez, les pasó a unos de mis visitantes. Es probable ganar a la segunda, a la tercera o a la cuarta. Yo gané en todas las ocasiones. Cuatro veces un amigo y una vez la lotería.

martes, 22 de febrero de 2011

MUSEOS/ Viajar en un caracol

View of Solomon R. Guggenheim Museum exterior
Mudo. Así queda el visitante antes, durante y después de visitar el Guggenheim
Uno de los planes más espectaculares que hay para hacer en Nueva York es visitar el Museo Guggenheim, diseñado por el famoso arquitecto Frank Lloyd Wright. No sólo tiene obras de arte emocionantes, como la hermosísima María Teresa de Pablo Picasso –mi preferida del Museo, se llama Mujer con cabello rubio-, sino que el edificio es emocionante en si mismo. La fachada, a la que los expertos le dicen zigurat invertido, lo deja a uno sin aliento. Llegar a la Quinta Avenida, entre las calles 88 y 89 y mirar a la izquierda el Central Park y a la derecha el Guggenheim es uno de esos momentos cinematográficos en los que por pocos segundos lo dejan a uno estar en la película.
El segundo gran instante de este paseo es la entrada al edificio. Mirar el zigurat desde adentro abajo hacia la cúpula es increíble y todo el mundo toma su foto con gran felicidad. Me gusta el hecho de que el sistema de audio lo recibe uno gratis con la compra de la entrada. Este sistema es clave para entender las obras y su dimensión histórica y artística.
Cuando uno cree que el edificio ya lo sorprendió bastante y que ahora sí empezará la experiencia clásica del museo, Wright tiene preparado algo más. Su Guggenheim se recorre como un espiral hacia la cima y no hay salas. Las obras están colgadas en las paredes y hacen parte del recorrido. De cuando en cuando es bueno parar y mirar hacia abajo, para tener la vista complementaria de la foto de la entrada. Sólo vista porque no dejan tomar fotos estando en los corredores interiores. Pero no hay problema, el mejor álbum es la memoria y este recorrido es único, maravilloso e inolvidable.
Tip: ir temprano, hacer el recorrido y terminar con una visita al Gift Shop. Tienen elementos decorativos para la casa muy lindos y de muy buen precio. El almuerzo tiene que ser en The Wright, el restaurante del Museo. Mi recomendado: Pizzetta artesanal de jamón serrano.

martes, 8 de febrero de 2011

COMPRAS/ 5 pastillas contra la demencia

Las tiendas de Broadway, como Brooklyn Industries, tienen ropa linda y de muy buen precio.

Yo no se si todavía exista pero cuando era chiquita había un mito que decía que si uno tomaba tiamina unos días antes de un paseo no lo picaban los mosquitos.

Para venir a Nueva York no hay que tomar tiamina pero sí hay que hacer un proceso físico y mental para protegerse de una plaga tenaz: las compras.

A todos nos gustan, en esta ciudad son maravillosas y es imposible no hacerlas pero créanme, he visto a los más organizados, a los más racionales, a los más controlados, perder la cabeza y comprar más. De lo que necesitan, de lo que pueden llevar en el avión y de lo que el duende protector de la tarjeta de crédito habría recomendado.

Aquí, 5 pastillas de tiamina para las compras en Nueva York. Importante: tomarlas antes del viaje, no durante, porque sería demasiado tarde.

1. Presupuesto. Mi papá me enseñó que, a menos de que sea para comprar una casa, uno debe tratar de no adquirir deudas, más aún si vienen de gastos suntuosos que no aportan al capital. Antes de venir a La Ciudad define cuanto vas a gastar diariamente en alojamiento, alimentación y entretenimiento. Luego, cuanto vas a gastar en compras. Haz un presupuesto amplio, vale la pena invertir en ropa por ejemplo pues con lo que compras 1 blusa en tu país aquí compras 3 y hasta 4. Piensa cuanto te gastarías en ropa en un año y tráelo, con el compromiso de hacerlo rendir en tu viaje. Verás que se justifica y que el ahorro es muy interesante.

2. La tarjeta en la cajilla. A todos los viajes hay que llevar una tarjeta de crédito internacional. La necesitas en el hotel, te puede ayudar en una emergencia, muchas cuentan con beneficios de seguro médico. No la uses para hacer compras, aún cuando el cambio del dólar no sea significativo. Si sales con la tarjeta de crédito y no la dejas en la cajilla de seguridad te tragan los mosquitos del crédito.

3. Lista en mano. En Nueva York hay de todo, literalmente de todo. Te recomiendo hacer una lista de lo que quieres comprar para ti y de los regalos, así no sucumbes en tantas tentaciones y te aseguras de buscar lo que realmente necesitas. Obviamente harás excepciones, es lo rico de los antojos, pero no terminas como un loco corriendo por las calles de la ciudad con bolsas de cosas que no querías ni necesitabas ni tenías con qué pagar.

4. Zonas. De acuerdo con la lista define las zonas de compras. Si no sabes exactamente a donde ir podrías pasarte todas las vacaciones de almacén en almacén. Si quieres ropa puedes ir a la gran vía Broadway, cerca del barrio Soho, y a la Calle 34. Allí están las tiendas de marcas más conocidas y que mejor se adaptan al presupuesto: Gap, Old Navy, Loft, American Eagle Outfitters, Forever 21. También es interesante ir a conocer TJ Maxx y Century 21, que son outlets de marcas famosas. Estos se justifican sólo si quieres invertir en un vestido, un abrigo, una cartera. Si vas a hacer compras especializadas como un computador, puedes hacerlo por internet y pedir que te llegue al hotel. Ahorras tiempo y es una opción muy cómoda.

5. Balanza. A medida que compras empaca en las maletas y ve haciendo control de peso. Chequea antes del viaje las condiciones de equipaje de tu aerolínea. Si empacas con tiempo, las cosas se van compactando y ocupan menos espacio, además no pierdes la proporción. No hay nada peor que darse cuenta la noche antes de regresar de que compraste el doble de lo que podías.

sábado, 29 de enero de 2011

HIGHLINE PARK/ Entre el cielo y el suelo


Hasta el metal más duro florece al toque de un amor verdadero.

Se llama High Line y es una vía de tren construida en 1930, abandonada en 1980 y hoy transformada en parque para caminar, abierto en 2009. Palabra clave y fantásticamente frecuente en Nueva York: Gratis.

Este lugar me parece especial por varias razones. La primera, como dije, porque la entrada es libre, fue creado para la gente. La segunda, porque esa gente, la que hoy camina por el parque, fue la encargada de votar y elegir el diseño que más le gustara entre varias propuestas de arquitectos sometidas a la opinión publica. La tercera, porque desde aquí se tienen vistas maravillosas de la ciudad y con sólo subir algunos escalones el horizonte se amplia y a uno se le amplían por consiguiente, los ojos, los pulmones y el alma.

Este jardín es sitio para conversaciones dulces, besos enamorados, abrazos de foto y un encuentro con la arquitectura hecha para vivirla, caminarla, sentirla y disfrutarla. Este lugar obliga sitio en la memoria del local y del viajero por igual.

La mejor manera de acceder al High Line es ir a la esquina de la Calle 14 con Avenida 10. En este momento no todo el parque está terminado entonces desde allí se puede iniciar el recorrido hasta el ultimo tramo habilitado para los visitantes. Si se camina en ese sentido se va al norte, por encima de la ciudad, y las visiones son emocionantes. Una buena recomendación es cada tanto mirar hacia atrás… podría sorprenderte una Lady en Libertad.

Al final de la caminada, bajo el sol o con el frío, el paseo apenas comienza. Del cielo se baja al suelo, de nuevo a la 14 con 10, y entonces el invitado del High Line se adentra en el Chelsea Market. Pastelerías que halan con el aroma de pies de manzana en la puerta del horno y mermeladas para llevar como recuerdo o regalo, tiendas de vinos y mariscos, sitios para almorzar, café recién molido. La tarde se le va a uno de las manos y los ojos no alcanzan a ver, la nariz a oler, las manos a sentir, los oídos a seguir la música de los improvisados profesionales que hacen parar a todos, hasta a los niños que siguen el ritmo con pies chiquititos.

Entre el cielo y el suelo el High Line, y en el High Line el paraíso.